La Llegada

Aprovechando el especial Star Wars que estamos preparando en CeluloideParanoide publico en este blog la reseña de «La Llegada» del director canadiense Denis Villeneuve, acompañada además de un somero repaso del cine de ciencia ficción estadounidense de los últimos años.

 

La Llegada. El cierre de una trilogía perfecta.

Después de una larga y oscura travesía por el camino parece que los sufridos admiradores del cine de ciencia ficción americano estamos de enhorabuena, Hollywood ha renacido de sus cenizas ofreciéndonos la tercera obra maestra de estos últimos años tras Gravity e Interstellar.
Mucho ha llovido desde las grandiosas “Alien” y “Blade runner” y si bien es cierto que en los ochenta y noventa surgieron títulos de gran valía como “Terminator 1&2”, “Aliens”, “Doce monos”, “Nivel 13”, “The Matrix” (la primera, por supuesto) “Dark City” y alguno que otro más, por desgracia no lograron generar continuidad ni consolidar el género, creando las condiciones propicias para que se formara una tormenta perfecta de nula o escasa creatividad que azotó a la industria durante casi toda la primera década del nuevo siglo, anticipada en cierta manera por esa gran decepción que fue “La amenaza fantasma”, y que continuó con una serie de grandes producciones en lo monetario pero mediocres en lo artístico y que creo que no hace falta citar pues la mayoría están en la mente de todos.
Hay excepciones como “Primer”, “Donnie Darko” y “The Man from Earth”, películas muy interesantes, alejadas de los grandes estudios y de escaso presupuesto, en las que prima el ingenio de los guionistas sobre los casi nulos efectos especiales, y donde la ciencia ficción es más una excusa para desarrollar una temática más o menos compleja y de gran calado filosófico, que un fin en sí mismo.
Al margen de estos títulos, y de manera sorpresiva gracias a la televisión, se puede considerar que las únicas obras maestras que nos han dejado estos años han sido el remake de la serie “Battlestar Galactica” y su infravalorada precuela “Caprica”.
Entonces llegó 2009 y todo cambió. Porque ese año se estrenaron las tres cintas que han conseguido revitalizar y relanzar el género: por un lado la ambiciosa y carísima “Avatar” (excelente en lo técnico, mediocre en lo argumental), por otro el sorpresivo remake de “Star Treck” (buena en todos los aspectos) y por último la singular, única e inclasificable “Moon”, maravillosa película de Duncan Jones que después dirigiría la muy recomendable “Código Fuente”.
El éxito tanto de crítica como de publico de estas tres películas probablemente animó a los estudios a invertir de nuevo en ciencia ficción de calidad, por lo que poco después llegaron obras tan estimables como “Looper”, “El juego de Ender”, “Oblivion”, “Coherence”, culminando este nuevo auge creativo en las ya citadas “Gravity” e “Interstellar”. (No me olvido de esa maravilla que es “Exmachina”, pero les recuerdo que es una película británica y en este breve resumen me estoy centrando solo en el cine estadounidense).

“La llegada” podría conformar con estas dos últimas una singular trilogía, tanto por lo formal (todas pertenecer al ámbito de la ciencia ficción dura), como por la excelente calidad y desmesurada ambición de sus propuestas. Mientras en la obra de Alfonso Cuarón primaba la técnica, con un uso magistral del 3D, y en la de Christopher Nolan la aplicación rigurosa de la ciencia relativista (no exenta de épica), en la obra del canadiense Villeneuve destaca por encima de todo la filosofía.

El argumento es de sobra conocido, aparecen una serie de naves extraterrestres en todo el planeta y ante el asombro general (tanto de los personajes de la película como de nosotros, los espectadores) no quieren exterminarnos ni convertirnos en sus esclavos, sino simplemente comunicarse con nosotros. Y es ahí, en ese punto crucial donde radica el corazón y eje central de esta película: cómo el lenguaje modifica el pensamiento, la cultura e incluso la percepción del tiempo por el individuo, hecho que se revelará clave para la comprensión final de la historia.
Rodada con gran maestría y una fría belleza que recuerda un poco a la obra de referencia del género, “2001” de Stanley Kubrick, “La llegada” no flaquea en ninguna de sus aspectos técnicos y artísticos, con una nueva gran interpretación de Amy Adams y una banda sonora compuesta por Jóhann Jóhannsson que encaja como un guante con el ambiente general de la cinta.
Conviene avisar que no es una película para todos los públicos, no porque contenga sexo y extrema violencia, como es norma general en el actual cine Hollywoodiense, sino precisamente porque no los contiene. Prima el desarrollo intelectual de la trama, de manera calmada pero sin caer nunca en el tedio, entrelazándose con gran inteligencia con el desarrollo sentimental del personaje protagonista (a través del tiempo, el espacio y el lenguaje), y culminando ambos en un final (con sorpresa incluida) que ha generado cierta polémica por innecesario y pretencioso (acusan algunos), pero que a mi me ha parecido sencillamente perfecto por la elegancia de su ejecución.
Véanla si son valientes, si les gusta el buen cine o la buena ciencia ficción. No se arrepentirán. Y si son de ese tipo de espectador perezoso al que le asusta este tipo de propuestas y gusta de vanagloriarse de “no ver películas que les hagan pensar” entonces lo mejor que pueden hacer es quedarse en casa, poner Telecinco y disfrutar de una programación que estoy seguro se adaptará mucho mejor a sus necesidades intelectuales.
Avisados están.

 

Artículo aparecido por primera vez en CeluloideParanoide el 8 de Enero de 2017.