Caza de brujas (y brujos)

      

Destrozadlo.
No tengáis piedad.
Es la nueva victima a señalar.
Da igual si es inocente o culpable,
la intensidad de su supuesta culpa
y los efectos de la futura barbarie.
Eso no importa.
Lo único que importa es no tener piedad.
Ninguna.
Y demostrar nuestra superioridad moral
e indiscutible determinación,
pues así está establecido
y así se ejecutará.
No habrá posturas intermedias
ni voces disonantes,
solo una misma masa enfurecida
dispuesta a engendrar un nuevo mundo
de brillantes cegadores colores
y sonrisa tatuada en el rostro.

Elige bien,
no te equivoques,
solo hay dos opciones:
ser solitaria victima
o reinante opresor.