Mísera Contradicción

  

Deberíamos dudar de todo,

siempre,

en todo momento,

y sin embargo

nos aferramos a aparentes certezas

con la esperanza de conseguir

un poco de estabilidad mental,

y convivimos con parejas

que ya no queremos,

con las que no tenemos nada en común;

y votamos a partidos políticos

que nos mienten y defraudan

una y otra vez;

y defendemos ideologías

superadas por el tiempo y la historia,

refutadas por sus propias contradicciones;

y creemos en absurdas religiones

que predican el desprendimiento

desde púlpitos de oro y platino;

y confiamos en la gente

hipócrita, servil, estúpida,

de la que deberíamos siempre dudar

en todo momento,

y sin embargo

no lo hacemos

y creemos en un mundo en el que ya no creemos

para permanecer cuerdos.