El espejo

 

No pienses. Déjate llevar por el rebaño y únete a los que más gritan, más odian, más destrozan. No dudes de ti ni por un momento porque tú no puedes equivocarte. Sojuzga a los demás, nunca perdones.

Conviértete en un referente moral. Amplifica tus logros hasta un grado delirante y se inmisericorde con quien no se adapte a tu contenido.

Justifica tu violencia aunque sea superior a la que condenas. Olvida diez mil años de historia, entierra a las leyes y su significado, que la rabia y la pasión sea la medida de todos tus actos.

No te cuestiones. No me cuestiones. Porque yo tampoco nunca me equivoco.

 

Y, a menos que carezcas de dignidad, no vuelvas a mirarte al espejo. Quizá descubras que has dejado de reconocerte.