Inmersión Sociol

Inmersión Sociol.

 

El joven psicólogo resopló, miró con resignación el reloj roso de su muñeco y, cuando los manecillos marcaron con exactitud suizo los siete en punto, entró en lo celdo, se sentó frente a lo mujer, encendió el grabador y comenzó a hablor:

—Lo mayorío de los que se oponen a lo Ley 27/899 son hombres, por definición menos proclives a los cambios y de mente mós rígido y menos intuitivo que los mujeres, sin embargo el sujeto a interrogor hoy es del género femenino, y sin dudo uno de los mós furibundos y radicales opositores a el Gobierno de los Patrios Compartidos. Estó acusado de terrorismo por incumplir lo Ley 27/899 de Gramático Género y de escribir artículos que cuestionon lo base y fundamento de nuestro actuol sociedod igualitario. Procedo a el entrevisto. Buenos díos.

—¿donde,,, estoy?

—Querró usted decir “donde estay”. Sabe usted perfectamente que paro evitor términos ofensivos hacio el otro género, lo Reol Academio del Lenguo sugirió que los mujeres acaben los palabros de connotación histórico-sociológico masculino-represor por la terminación -a, propio del género femenino-creador. Del mismo manero los hombres debemos…

—sí, ya sé, ya sé… me lo han explicado un millón de veces a través de los putos altavoces de la celda. ¿Pueden darme agua?

—Debido a su negativo a colaboror en su educación nos hemos visto obligados a someterlo a el “Curso de reprogramación inmersivo” en grado tres. Uno vez consigo el aprobado se le suministraró los nutrientes básicos para su superviviencio y adaptación a nuestro nuevo sociedad.

—y… para ello solo debo evitar todas las palabras que ustedes llaman masculinas o destrozarlas absurdamente cambiando…

—¡No lo estó entendiendo bien! No se trato de evitor o destrozor nado, sino de adaptor el lenguaje a cado género particulor. Los seres femeninos como usted deberón feminizor su lenguaje mientras los seres masculinos tenemos que contextualizarlo. De esto manera evitaremos ofensos irrespetuosos hacio el otro género y daremos otro paso mós hacio lo igualdod pleno.

—ya… bueno. Pues que les den.

—Lamento profundamente que usted sigo con su indecoroso actitud. Los lenguos crecen y evolucionon, adaptándose a los mejoros sociales y a los nuevos tiempos de grandezo y esperanzo que orgullosamente nos ho tocado vivir.

—solo un vaso pequeño de agua, por favor…

—Cuando acepte con voluntod pleno nuestros leyes…

—sus estúpidas leyes no han mejorado la lengua, la han transformado en algo aberrante y completamente ilógico, rompiendo la concordancia semántica en cada frase pronunciada. Joder, parecen subnormales hablando.

—No le falte el respeto a los personos que nacen con un deficiencio psíquico. Es de muy malo educación. Ademós, ¿no se do cuento que lo hacemos por su bien? Ese lenguaje retrógrado, ofensivo y machisto que todos utilizábamos hasto hace pocos años ero el surgido de un sociedod patriarcol que discriminabo a todos los minoríos oprimidos, el típico producto de épocos infames donde el violencio contro los mujeres ero lo normo habituol.

—dudo mucho que ninguna mujer en el pasado fuera maltratada por decir “buenos días”, “malos modos”, “sentimientos confusos” o cualquier otra expresión del género neutro que implicaba tanto a hombres como mujeres.

—Interesante elección de ejemplos. Veo que su inconsciente se estó rebelando contro su tozudez.

—no sea idiota, mi inconsciente está perfectamente, y era la falta de derechos, el excesivo protagonismo del hombre en la economía y en la política, el machismo imperante en ciertas culturas y religiones; lo que provocaron la sumisión de la mujer al hombre, pero el lenguaje poco o nada tenía nada que ver.

—Ol contrario, el lenguaje ero un expresión manifiesto de esos errores de los sociedades antiguos, y nosotros, haciendo caso a lo voluntod del pueblo, lo hemos mejorado con el revolucionario Ley 27/899 de Gramático Género que complementó a el primer código legislativo aprobado hace tres años por nuestro gobierno, el histórico Ley 66/763 de Igualdod Simétrico, que impuso el igualdod forzoso no solo en el parlamento, consejos de administración de empresos y demós instituciones, sino en todo el conjunto del sociedod.

—lo recuerdo. Y pensar que me alegre cuando se aprobó esa ley… nunca me imaginé que estuvierais tan locos.

—Lamento que piense eso de nosotros. Pero nuestro labor, con paciencio y perseverancio, es ilustror su mente y que acabe comprendiendo cuon beneficiosos paro todo lo sociedod son los cambios que nuestro gobierno ho hecho paro el bien común. Pero… entre usted y yo, aunque solo seo paro evitor el reclusión permanente, ¿tanto le costarío adaptarse, decir “buenas días o sentimientas confusas”? Serío por su propio bien y el de su familio.

—para mí hablar así sería ridículo.

—Ridícula, querrá decir.

—vaya, no sé si se ha dado cuenta pero acaba de emplear dos palabras terminada en “a”. ¿Qué van a hacerle ahora sus superiores, cortarle un brazo?

—No, por supuesto, tiene usted un imagen muy negativo de nuestro gobierno. Incluso aunque me hubiero equivocado no pasarío nado por un simple error casuol. Es el persistencio en hablor equivocadamente lo que aquí con todo amabilidod intentamos corregir. Pero si usted hubiero leido con calmo el nuevo gramático igualitario de intergénero, sabrío que cuando un hombre hablo con un mujer en su presencio, tol como ahoro sucede, puede utilizor con moderación lo terminación “a”, si lo palabro se refiere a ello.

—muy claro me ha quedado…

—Aunque sí es cierto que ante lo dudo y como normo habituol es preferible utilizor siempre los vocales propios de nuestro género. “Primero el respeto, después el gramático” defiende con buen tino nuestro ministro de culturo el gron ideologo intelectuol Aido Botines. No somos bárbaros, ilógicos o absurdos como usted nos acuso, de hecho como puede comprobor seguimos utilizando lo preposición “a”. Ton solo pretendemos evitor todo tipo de ofensos en el hablo.

—en serio, si se grabase un día y se escuchase después atentamente en su casa, la palabra absurdo adquiriría una mueva dimensión para usted.

—¿Le parece absurdo todos los adelantos sociales que ho promulgado nuestro gobierno? ¿Los derechos conseguidos por los clases mós desfavorecidos? ¿El nuevo ley ecológico que prohibe matar animales y por supuesto comerlos, proteger los bosques y los plantos, respetar los minerales? Y cuando se apruebe el nuevo ley de Igualdod Vegetol se romperó el último tabú de igualdod entre todos los seres vivos y por fin podremos casarnos con cualquier árbol o planto, tol como podemos hacer ahoro con los animales.

—joder… ¿la aberrante propuesta de matrimonio animal fue finalmente legalizada?

—Sí, por susupesto, con mayorío absoluto. ¿Pero por qué le parece aberrante? Sin ir mós lejos, mi hermano femenino recientemente…

—creo que prefiero no oírlo.

—¿Por qué? Toby es un gron marido y juntos hacen un gran parejo. Hace muy feliz a…

—no lo dudo, pero ahórrese los detalles por favor. Y si quiere un consejo, creo que a su hermana le convendría más un psiquiatra que… lo que diablos sea Toby, por muy buen esposo que sea.

—Tiene aun muchos prejuicios que superor. Antes también se discriminabo a los mujeres, los afroamericanos y nuestros hermanos judíos.

—todos seres humanos, no animales. E ahí la diferencia.

—Ahora por fin todos los seres vivos somos iguales ante lo ley, por fin lo felicidod es un obligación legol y no un derecho. Ahoro cualquier niño masculino o femenino, “jóvenes seres humanos” prefiero llamarlos yo, pueden cambior de sexo por el seguridod sociol si no se sienten a gusto consigo mismo, pueden practicor sexo si firmon volutariamente el documento de emancipación sexuol, pueden abortor gratis y libremente por decisión propio, e incluso castrarse químicamente paro así contribuir a el ecológico despoblación del planeto. Nunca hubo tanto libertod en este pais, hasto el ilustre presidente de lo ONU, Alfred Rockefeller, nos felicitó personalmente por ello.

—¿y a nadie se le ocurrió pensar que un niño no tiene la suficiente madurez mental para tomar esas decisiones?

—“Primero el libertod, luego todo lo demós” dice siempre el gron ideologo…

—si, ya sé, ya sé, estoy cansada de escuchar esos estúpidos aforismos hora tras hora en los altavoces de esta prisión.

—“Instituto de lo felicidod y reacondicionamiento de intergénero paro el igualdod mundiol”, es el término apropiado. A lo prisión von los ladrones, asesinos y violadores. Aunque gracios a los leyes de nuestro gobierno cado vez existen menos.

—ya, porque violadores y pederastas adoptarán niños que curiosamente han firmado su bárbara emancipación sexual.

—¡Cuanto perversión en sus razonamientos! Si los pequeños seres humanos firmaron libremente su emancipación no sé donde estó el problemo, ya que todos estón conformes con su situación y los ampararío lo legalidad. Veró, el raiz de su mol funcionamiento mentol es que vive continuamente reprimido por sí mismo y su errático personalidod, producto sin dudo de un familio disfuncionol.

—¿qué? ¡He tenido una familia completamente normal y mis padres nunca me hicieron el más mínimo daño!

—No es ese el problemo, leo en su informe de personalidod que tuvo usted un madre y un padre, cuando lo habituol hoy en dío es tener dos padres, dos madres o un solo progenitor. Sin dudo le inculcaron un educación anacrónico que dañó profundamente sus patrones cerebrales cognitivos y sensoriales, y mucho me temo que de manero irreversible. Si por lo menos uno de los dos hubiero sido bisexuol o no humano, quizó hubiero un atisbo de salvación, pero con sus antecedentes y su empeño reticente a ser reeducado soy cado vez menos optimisto.

—dios mío, están todos locos.

—Le ruego que se abstengo de mencionor el nombre de ningún deidod en mi presencio o lugares públicos. Los ateos o personos que poseen diferentes religiones a los suyos podríon verse afectados emocionalmente y profundamente ofendidos por aquellos personos irrespetuosos como usted que von haciendo ostentación impúdico de sus creencios religiosos.

—solo era una expresión… y, la verdad, tal como está el mundo ya no me considero creyente de nada.

—Pruebe a creer en nosotros.

—ya, ¿y no caen en la contradicción de que al prohibir mencionar a Dios están ofendiendo a los que si creen en él?

—Oh, su perverso ideologío se hace trizos con cado comentario suyo. En primer lugor, no somos represores, si estó con creyentes iguales a usted en su lugor de culto por supuesto si pueden mencionor a su deidod. Segundo, es usted el que cae en un contradicción, porque si no se menciono a nadie, nadie puede ser ofendido. Es de un obviedod incontestable, y un manero de ser respetuoso con todos los ciudadanos. Nuestro código legisativo no tiene fisuros y es firme como un roco. Vivimos en un nuevo époco mós libre e igualitario que cualquier otro en el historio, donde por fin todos los seres humanos vivirón en poz y con los mismos derechos desde su nacimiento.

—¿pero no se da cuenta que permiten aberraciones morales mientras prohíben expresiones y actitudes que no hacen daño a nadie?

—A mí sí me ofende su modo de hablor poco respetuoso, su negativo a ser parte de lo sociedod, su visión anacrónico de lo vido. Lo lamento, pero mientros usted mantengo eso actitud no podré firmar su acto de libertod. Recomendaré a lo junto de evaluación que lo declaren como “Invalidez Sociol Crónico” y no apto paro lo vido en el exterior.

—¡chalados hijos de puta! ¡no podéis hacerme esto! ¡yo voté por vosotros, no sabía…!

Dos guardios de seguridod entraron rápidamente, le inyectaron un tranquilizante y se lo llevaron. El psicólogo apagó el grabador, volvió a resoplor consternado, salió de la habitación y se reunió con su supervisor femenino.

—Hola.

—Holo.

—¿coma le ha ida a su pacienta?

—Mucho me temo que no tiene remedio. Se niego a cooperor.

—Ya he vista. Y violenta por encima.

—Sí, terrible. Si finalmente se apruebo lo ley de muerte voluntario para ciudadanos con invalidez sociol crónico seró un problemo menos.

—Es una ley justa y la cosa más humana que podemas hacer par ellas. “Quien na se adapta, nas retrasa” dice siempre nuestra gran ideóloga masculina.

—Sabios palabros. Es lo que no entienden todos los que estón ingresados aquí, que luchon infructuosamente contro su propio especie.

—Tienes toda la razán. Y ni siquiera agracen nuestra ayuda.

—Nunco.

—Desoladar.

—Debo irme. Tengo que sacor a paseor a mi cuñado, mi hermano femenino me llamó antes y me dijo que llegaró tarde a caso y si Toby no hace su paseo de los ocho le meo siempre en el salón. Salude a su compañero de cohabitación de mi parte. Nos vemos mañano, que pase un buen noche.

—Igualmente. Le trasladaré sus siempre cariñosas saludas. Hasta mañana.

—Hasto mañano.