Ante la cuestión catalana

Este misántropo afirma que:

Desprecia al gobierno que tanto ha despreciado a sus ciudadanos, que recortó hasta lo imposible derechos sociales y elementales, que subvencionó a bancos y multinacionales y desahució a los más débiles, que se revolcó sin complejos en el lodazal infecto de la corrupción, que ante cualquier problema es incapaz de plantear una salida negociada o una consulta al pueblo que dice representar, que legisla con detenciones, mordazas e impuestos al sol, que no es más que una marioneta movida por hilos invisibles de muy oscura procedencia.

Desprecia asimismo al otro gobierno que ha separado a los ciudadanos en buenos y malos patriotas, que muestra una absoluta indiferencia ante las leyes que no le convienen, que adoctrina jóvenes mentes y pervierte la historia, que aborrece toda lengua que no sea la suya y observa engreído y distante desde lo alto de su atalaya, que se revolcó sin complejos en su particular lodazal de corrupción, que aplicó sus propios recortes mientras derrochaba en sucia propaganda, que no es más que otra marioneta movida por hilos invisibles de muy oscura procedencia intentado crear su propia marioneta.

Por todo ello este misántropo se reafirma en su misantropía y decide proseguir su vida en su isla imaginaria, solo y feliz, ajeno a quien ante tanta miseria solo sabe despreciar.