Suenan de nuevo, desde Oriente, oscuros tambores de guerra.
Hay que engrasar la maquinaria de guerra. Compréndanlo. Son muchas fábricas dedicadas a la laboriosa construcción de armas, miles bombas, minas y municiones a punto de caducar, demasiadas donaciones que nos deben agradecer. La guerra, no lo olviden, proporciona la inyección económica que da impulso al inmenso motor de la historia, y de vez en cuando hay que ponerlo a funcionar.
¿No pedían una solución milagrosa al incordioso asunto de la crisis? Ahí la tienen. ¿Acaso importan unos miles de muertos? ¿Otra ciudad, otro país derruido? No piensen en ello. Nosotros no lo hacemos. Piensen solo en ustedes y ayúdennos a apretar el gatillo: sentirán la intensa emoción de ver toda esa sangre desparramándose por el suelo. Pruébenlo, confíen en nosotros.
Y confiamos. Mierda de mundo.
P.D. Algunos ejemplos prácticos.
https://www.elindependiente.com/opinion/2018/04/14/fake-bombing-o-geopolitica-de-enganos-siria/
http://astillasderealidad.blogspot.com.es/2018/04/14-de-abril-balance-de-una-madrugada-de.html
https://www.lamarea.com/2016/01/29/81175/¿Quién se lucra con el negocio de la guerra?